La verdad sobre la depuradora de Vuelta Ostrera

• José Luis Gil Diaz es profesor de la ETS de Ingenieros de Caminos, Universidad de Cantabria, y exconsejero de Medio Ambiente.

Desde que hace ya casi seis años abandoné la actividad política en las dos únicas ocasiones en que he opinado en los medios de comunicación he manifestado mi reconocimiento a quienes ejercen la política asumiendo el evidente costo personal de comprometerse en una labor que está entre las peor valoradas por la sociedad.

Cierto es que además de la actitud de parte de esta que exorciza sus propios demonios volcando sus culpas en un colectivo que no deja de ser pura representación de ella misma, en demasiadas ocasiones son los `propios políticos quienes contribuyen en gran medida a crear esa negativa imagen.

Un ejemplo reciente de ello son las declaraciones sobre la depuradora de la Vuelta Ostrera del consejero socialista Martín, a quién alguien debiera contarle el cuento tan manido de los tres sobres a dejar al sucesor en el cargo pues vale ya de culpar a los que le precedieron y a la coyuntura.

El consejero ha manifestado en los medios de comunicación que la culpa de la situación creada en torno a esta instalación es de la malísima gestión del Partido Popular y fruto de la malísima gestión, de las cosas mal hechas, mal planificas y mal construidas. El consejero sabe a ciencia cierta que no es así y, en consecuencia, miente y me ofende a mí, que fuí responsable de medio ambiente en los gobiernos regionales del Partido Popular, pero también a sus antiguos compañeros de departamento de la Universidad de Cantabria, a algún actual alto cargo del gobierno al que pertenece e incluso a algún familiar allegado pues todos ellos han tenido una participación destacada y mayor que la de ningún miembro de los gobiernos regionales del Partido Popular en el citado proyecto.

No entro en valorar las razones que a estos actores en el proceso les pueden hacer callar ante la afrenta y para que no quepa ninguna duda sobre si mi intención es sacudirme culpas ya mismo declaro que tanto los trabajos realizados en su día por el grupo de Emisarios Submarinos e Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria que seleccionó las alternativas de saneamiento del Saja-Besaya (una sola EDAR, emplazamiento mas idóneo en la Vuelta Ostrera y vertido del efluente depurado por medio de emisario submarino) como el de los altos cargos y técnicos de la Confederación Hidrográfica del Norte, responsables de la ejecución del plan, han sido unos excelentes trabajos que antes y ahora comparto en su integridad.

En mi caso pese a la pereza que supone polemizar cuando se vive en un medio tan ajeno al debate político, la lealtad hacia el partido que me permitió contribuir a la solución de numerosos problemas ambientales de mi tierra, así como el orgullo, que no la vanidad, de haber dedicado desde el año 1980 enormes esfuerzos profesionales, no siempre desde el gobierno, a colaborar en resolver un problema tan complejo como la contaminación del río Besaya me llevarían a sentirme cobarde si no contesto a tan falsas e injustas declaraciones de un consejero que parece que con sus ataques quiere hacer méritos tal vez imprescindibles cuando se viene de ámbitos sociopolíticos tan distantes de por donde hoy se mueve.

Valorar el proceso que ha seguido la recuperación del río Besaya requiere hacer memoria histórica para reconocer esfuerzos como el inicial de ADIC, los de Pedro Ruiz Moya desde la alcaldía de Suances, coordinadoras de Suances como la comandada por Ferry y Calderón o las presiones legítimas de los hosteleros. También hace necesario considerar el contexto social y económico de cada época y la actitud responsable de algunas importantes empresas de la zona que ya en los años ochenta iniciaron un proceso de adaptación a las nuevas exigencias ambientales.

Sacar pecho ahora presumiendo de haber forzado a otras como Sniace a realizar inversiones en medio ambiente, que por cierto ya anteriormente se habían iniciado como con las plantas de lavado y concentración para la recuperación de las lejías bisulfíticas, nos resulta frívolo a quienes participamos hace diez años en la mesa de trabajo para salvar a la empresa y veíamos en el jardín de la Quinta Labat aguardando con frío y lluvia a los obreros que acompañaban al comité de empresa.

Las mentiras del consejero Martín son mas arteras cuando no sólo oculta quienes participaron en la toma de las decisiones que hoy califica como de malísima gestión sino también por conocer que todos los saneamientos del litoral cantábrico se han realizado con los mismos criterios incluyendo el de Santoña en el que tras una demagógica campaña del PSOE y PRC ahora ya parece que no sucede que se trae la mierda de Laredo a Santoña. ¿O sí?.